Seguridad Alimentaria, un camino para el desarrollo de la niñez y adolescencia
Por Brenda Del Cid
Gerente de Proyecto Seguridad Alimentaria
La seguridad alimentaria y nutricional comprende: La disponibilidad de alimentos, producción nacional y extranjera, en cantidad y calidad suficientes; el acceso a los alimentos adecuados y nutritivos, gracias a que las personas cuentan con recursos físicos y económicos para adquirirlos; el consumo relacionado con los conocimientos y prácticas para un consumo de alimentos nutritivos y apropiados, y finalmente, la utilización biológica por la que se logra un estado de bienestar nutricional, es decir que se cubren las necesidades fisiológicas, lo que involucra el acceso al agua potable, la salud y la atención médica.
La seguridad alimentaria y nutricional de El Salvador ha mostrado importantes avances en las últimas décadas. Hoy exhibe una buena posición para enfrentar los desafíos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en el Objetivo de Desarrollo 2: «Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y a la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible».
A pesar de los avances del país, datos del Ministerio de Economía muestran que los habitantes de departamentos clasificados en extrema pobreza no logran alcanzar cubrir el costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA). Situación que se vuelven más compleja cuando se ha confirmado que 357,969 jóvenes de 15 a 24 años no estudian, ni trabajan, lo que en términos porcentuales representa el 26.6% de la población en ese rango de edad. Este grupo llama especialmente la atención, pues estos jóvenes están en situación de riesgo y en condición de vulnerabilidad por el acecho de grupos delictivos. Además, al no estar en el sistema educativo, sus posibilidades de desarrollo profesional futuro se ven minados. [1]
Como Save the Children a través del proyecto de Seguridad Alimentaria y Medios de Vida, trabajamos porque las y los jóvenes identifiquen y conozcan sus medios de vida local, para un adecuado entendimiento de los efectos en la producción de alimentos y la preservación de la biodiversidad, apoyando el establecimiento de emprendimientos a nivel de su organización. Así también, la inmersión en un nuevo mercado laboral que les permita optar por nuevas oportunidades de empleo y así la mejora de la seguridad alimentaria y nutricional, con vistas a la erradicación del hambre de todos los sectores en situación de vulnerabilidad.
[1] MINEC-DIGESTYC. (2017). Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples. San Salvador: Ministerio de Economía, a través de la Dirección General de Estadística y Censos, pág. 48, consultado en http://www.digestyc.gob.sv/index.php/temas/des/ehpm/publicaciones-ehpm.html?download=652%3Apublicacion-ehpm-2017